11 abril 2012

Scooter de guerra

                                                                                                                                                                 



La versión militar nace en Francia en 1956, destinada a la guerra de Argelia, con motor de 150 cc., cambio modificado, estructura reforzada y notables adaptaciones técnicas. En realidad se trata de un proyecto que acariciado en Pontedera desde hace algunos años. Tras haber intentado llevar a un buen puerto las negociaciones con los Carabinieri y la Policía desde 1949 -"es lamentable ver a los agentes en esas vetusas bicicletas, y para la gente es motivo de desconfianza que muchos, muchisimos delincuentes, provistos de excelentes vehículos jueguen, a menudo e impunemente, malas pasadas a la Ley", escribía el Mando General del cuerpo, en Roma-, la Piaggio se plantea la posibilidad de fabricar una Vespa especial destinada a las Fuerzas Armadas. La idea se materializa en 1952, pero el interlocutor ha cambiado. Oreste Bononi, hombre de confianza en Roma, se ofrece a "someter al mando del Frente Atlántico un Proyecto que denominaria Vespa Fuerzas Armadas", y entra en detalles. las virtudes del scooter son excelentes en comparacion con las de una motocicleta de 500 cc., no tiene cadena de transmisión, dispone de  una instalación eléctrica mínima pero eficaz, puede llevar rueda de repuesto y tiene gandes ventajas en lo referente a su capacidad de maniobra y su ligereza. En cuanto a sus prestaciones, se afirma que "en las pruebas de regularidad, el mínimo impuesto a una Vespa es tan solo 5 Km por hora inferior al de una moto de 500 cc." Destinada a las tropas de escolta de los convoyes de automoviles, la "escuadrilla" Vespa iría aconpañada de un contingente Ape con funciones de asistencia técnica. El 18 de Septiembre del 1952, Fred J. Desautel, de la Mutual Segurity Agency, hala con entusiasmo de Pontedera. Un año mas tarde, el centro de Estudios y Experimentación del Ejercito Italiano manifiesta un entusiasmo similar tras presenciar toda clase de pruebas técnicas. Sin embargo, no se concreta nada. "La competencia milanesa no tiene nada que ver" le escribe Piaggio a Bonomi. En cuanto al ejercito: " No estamos interesados en solicitar subvenciones del Estado, ya que sabemos que esos órganos pagan poco y mal" Y al cabo de 27 meses de negociaciones "que ha emprendido usted con la OTAN.. le confirmo que me llevan aun mas a la convicción de que lo mejor es mantenerse alejado de los militares"

Siguiendo el ejemplo de los franceses, en Pontedera se plantea la posibilidad de fabricar diferentes tipos de armamento: "cañón de 75 mm sin retroceso, lanzagranadas, metralletas y fusiles ametralladores, morteros de 60 y de 81 mm" acompañados de la munición necesaria. Comparando con el jeep, convertido poco menos que el símbolo del último conflicto bélico, el scooter ofrece una relación inmejorable "entre su precio de venta y su empleo masivo", logrando primar "en sendas y bosques". Si se compara con la motocicleta, utilizada por las Fuerzas Armadas, en una competición sobre tierra seria el ganador. Para la Vespa militar se preven la inclusión de un soporte en el manillar para montar un fusil ametrallador, un aparato de radio bajo el asiento y aun sin confirmar, un escudo reforzado, "mas resistente a los disparos de armas de fuego a distancia".

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